Hotel Posada La Estela Cántabra Toñanes

Reseña de un crítico de hotel

Pasé unas navidades memorables en la Posada La Estela Cántabra junto a mi mujer y mi hijo, y la experiencia fue realmente placentera. Ubicada en Toñanes, esta posada destaca no solo por su comodidad y limpieza, sino también por su encanto. La piscina y el jardín son un verdadero lujo en esta zona, ideales para relajarse después de visitar las impresionantes Cuevas de Altamira, que están a solo cinco minutos en coche. El desayuno, aunque tenía sus altibajos, ofrecía una variedad interesante. Sin embargo, me decepcionó un poco el pan de las tostadas, que no estaba a la altura de la calidad que esperábamos. Aun así, la atención de Pilar y Jesús siempre fue cálida y cercana, haciéndonos sentir como en casa. Además, la ubicación de la posada es inmejorable para explorar los rincones de Cantabria, incluyendo el impresionante El Capricho de Gaudí. Con estacionamiento gratuito y Wi-Fi muy eficiente, puedo decir que es un lugar perfecto tanto para el descanso como para la exploración, aunque los detalles del baño y el televisor podrían mejorar la experiencia aún más. Sin duda, volveríamos para disfrutar de la hospitalidad y la tranquilidad que ofrece este lugar.